top of page

La vida mamiferizada

 

No es tan conflictivo asumir una vida mamiferizada, no te estoy diciendo que te vuelvas un simio o una mona –bellísimos animales, por cierto–y renuncies a las "maravillas" de la sustancia gris de nuestro enorme cerebro. Es más sencillo que eso, paso a contártelo.

 

De los mamíferos tomo aquellos elementos que biológicamente compartimos y que me proporcionan una mayor calidad de vida a mí y a mi progenie. Véase, el contacto piel con piel, la lactancia materna, el sentido tribal, la convivencia pacífica, el abrazo, la caricia, el juego con el otro, la ternura, y todo esto permite estar, al menos a ratos, fuera del tiempo.

 

Estas características 'primales' abren las puertas a que la vida exprese toda su generosidad y me libran, en la medida de lo posible, del estrés, ese estilo enfermizo y endémico de no-vida  que caracteriza a nuestra moderna civilización.

 

Por otro lado, tomo de los humanos la "vida consciente" que me permite entrar en un sentido de trascendencia. Me reconozco habitando el planeta tierra y le le estoy agradecida, mantengo un vínculo respetuoso con cualquier forma de vida, animal, vegetal o mineral y les estoy agradecida. Me doy cuenta cada día de que viajo en un universo expansivo, incierto y misterioso, y le estoy agradecida.

 

En occidente, nacemos en el mundo de la modernidad que sólo aprecia las virtudes del cerebro. Toda la educación está enfocada a su desarrollo. Así vamos cercenando el cuerpo, reprimiendo las emociones, y los sentires quedan atrapados en la red del consumo. La creatividad se esfuma absorbida por el bombardeo de ofertas de diversión, ocio y entretenimiento. Esta es la discapacidad predominante en el siglo XXI.

 

Quizás esta vida mamiferizada nos permita vivir el cuerpo de una forma más respetuosa: cuidando la alimentación, brindándole los espacios para el contacto y el juego, sintiendo nuestros órganos y entrañas, rescatando la relación con unx mismx y con los demás como un verdadero arte que, en su cultivo y cuidado, nos permita entrar en un auténtico desarrollo sensible y evolutivo.

 

 

bottom of page